La diseminación de las unidades de base y de las unidades derivadas del Sistema Internacional que forman el Sistema General de Unidades de Medida en nuestro país, se realiza a partir de los patrones nacionales cuya exactitud se transfiere a otros patrones de medición mediante calibraciones sucesivas en los que intervienen los laboratorios secundarios acreditados, hasta finalizar en la calibración de los instrumentos utilizados cotidianamente en todas las actividades que involucren una medición. Este eslabonamiento de mediciones sucesivas establece la cadena de trazabilidad y tiene la finalidad de que el instrumento proporcione resultados compatibles con el valor o los valores del patrón nacional,
confiables y uniformes en sus diferentes niveles de incertidumbre.
Cuando el instrumento se enlaza a los patrones nacionales, en la forma indicada anteriormente, se dice que el resultado de su medición tiene trazabilidad.
Los patrones nacionales, debido a las exigencias de los intercambios de bienes y servicios en el comercio mundial, requieren de un reconocimiento internacional.
Esto se logra determinando su equivalencia con la de los patrones homólogos de otros países o con los patrones conservados por los laboratorios de la Oficina Internacional de Pesas y Medidas, BIPM, mediante programas de comparaciones internacionales, en los que el CENAM participa.
En esta forma, el CENAM uniformiza sus mediciones con las del resto del mundo.
Así, trazabilidad y comparación internacional contribuyen a la credibilidad de nuestras medidas que se traduce en el reconocimiento de nuestra capacidad nacional de medición y coadyuva al sostenimiento de una planta industrial de competitividad internacional orientada a producir bienes y servicios de alta calidad y de mayor contenido tecnológico.